En aquella misma hora se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: "Doy a ti loor, Padre, Seńor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeńitos. Así es, Padre, porque así ha sido de tu agrado. Todas las cosas me son entregadas por mi Padre; y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquél a quien lo quiere revelar el Hijo". (vv. 21-22)
Teofilato
Así como un buen padre se alegra de ver bien dirigidos los hijos, así se regocija Cristo porque los apóstoles se han hecho dignos de tantos bienes. Por lo que sigue: "En aquella misma hora", etc.
San Cirilo
Vio la adquisición de muchos (o la sumisión de muchos a la fe) por la operación del Espíritu que había dado a los santos apóstoles. Por eso dice que se alegró en el Espíritu Santo; esto es, en los efectos que provienen del Espíritu Santo. Como amante de los hombres, consideraba como motivo de alegría la conversión de los pecadores, y de ella da gracias; por lo que sigue: "Confieso delante de ti, Padre".
Beda
La confesión no siempre significa penitencia, sino también acción de gracias, como leemos muchas veces en los Salmos.
San Cirilo
He aquí -dicen aquellos cuyos corazones están pervertidos o que tienen instinto perverso- que el Hijo da gracias al Padre como menor. ¿Pero qué impide que el Hijo, siendo consustancial al Padre, alabe a su Progenitor, que ha salvado al mundo por su mediación? Y si crees, porque le da gracias, que el Hijo es menor, observa que le llama su Padre y Seńor del cielo y de la tierra.
Tito Bostrense
Todo lo demás fue creado de la nada por Cristo; pero sólo El es engendrado incomprensiblemente por el Padre, quien es Padre de solo el Unigénito como verdadero Hijo, por lo que sólo al Padre dice: "Confieso a ti, Seńor Padre", esto es, te glorifico. Y no te admire que el Hijo glorifique al Padre, como las cosas que fueron hechas y los ángeles son gloria del Creador; mas como estas cosas son muy pequeńas respecto de la grandeza de El, sólo el Hijo (porque como Dios es igual al Padre) glorifica perfectamente al Padre.
San Atanasio
Además vemos al Salvador manifestarse muchas veces como hombre, porque la divinidad unió a sí la humanidad; no desconozcas, sin embargo, a Dios por el régimen del cuerpo. Mas ¿qué responden los que quieren que haya subsistencia del mal, formándose un Dios diferente del verdadero Padre de Cristo? Dicen que es ingénito, creador del mal, príncipe de la injusticia y fabricador de la máquina del mundo. Pero dice el Seńor, aprobando la palabra de Moisés: "Confieso a ti, Padre, Seńor del cielo y de la tierra".
San Epifanio
El Evangelio que escribió Marción, decía: "Te repito las gracias, Seńor del cielo", callando lo que se dice: "y de la tierra", y lo que sigue: "Padre", para que no se entienda que Cristo llama Padre al Creador del cielo y de la tierra.
San Ambrosio
Finalmente, descubre el celestial misterio, por el cual plugo a Dios revelar su gracia a los pequeńos, más bien que a los prudentes de este mundo. Por lo que sigue: "Porque escondiste estas cosas a los sabios y entendidos".
Teofilato
Puede referirse esto de los sabios a los fariseos y a los escribas que eran los intérpretes de la ley; y lo de los prudentes, a aquellos que eran instruidos por los escribas. Así sabio se llama al que enseńa y prudente al que aprende. El Seńor llama párvulos a sus discípulos, porque los eligió, no de entre los doctores de la ley, sino de entre la plebe y los pescadores; los cuales se llaman párvulos, porque no son malévolos.
San Ambrosio
O por párvulos debemos entender aquí el que no sabe ensalzarse, ni aparentar la habilidad de su prudencia con palabras rebuscadas, como hacen la mayor parte de los fariseos.
Beda
Da, pues, gracias de haber revelado los misterios de su advenimiento a los apóstoles, como párvulos, mientras que los escribas y fariseos, que se creían sabios y se miraban como prudentes, los ignoraron.
Teofilato
Quedan ocultos los misterios para aquellos que se creen sabios y no lo son; porque, si lo fuesen, también se les descubrirían.
Beda
A los sabios y a los prudentes no les opuso ignorantes e imbéciles, sino párvulos (esto es, humildes), para demostrar que condenaba la vanidad, no la penetración.
Orígenes
El sentimiento de lo que falta se hace preparación de la perfección que sobreviene. Pues todo el que no conoce que carece del verdadero bien y se satisface con apariencias, se priva del bien verdadero.
Crisóstomo in Mat. hom. 39
No se alegra y da gracias porque ocultaba los misterios a los escribas y fariseos (esto en verdad no era motivo de alegría, sino de tristeza); sino que da gracias porque los pequeńos conocieron lo que los sabios habían ignorado. Por esto da gracias al Padre, con quien hace El esto a la vez, demostrando la excesiva caridad con que nos amó. Manifiesta también a continuación que la causa de esto es su voluntad y la del Padre, quien hacía todo esto por voluntad propia. Prosigue: "Así es, Padre, porque así ha sido de tu agrado".
San Gregorio in Moral. 25. cap. 13
En estas palabras nos da ejemplo admirable de humildad, para que no presumamos censurar temerariamente los eternos decretos acerca de la vocación de unos y de la repulsión de otros, pues no puede considerarse como injusto lo que agrada al justo. Así, pues, en todas las cosas que se ejecutan exteriormente, la causa de la razón manifiesta es la justicia de la voluntad oculta.
Crisóstomo, hom. 39, in Matth
Después de haber dicho: "Yo te doy gracias, porque revelaste estas cosas a los pequeńuelos", para que no se creyese que Cristo, privado de esta virtud, no podría hacer esto, ańadió: "Todas las cosas me son entregadas por mi Padre".
San Atanasio
No entendiendo bien esto los sectarios de Arrio, deliran contra el Seńor, diciendo: Si se le han dado todas las cosas (esto es, el dominio de las criaturas), hubo un tiempo en que no las tenía, y así no es consustancial al Padre. Porque, si lo fuese, no hubiera necesitado recibir; pero de esto resultaría más patente su demencia. En efecto, si antes de recibirlas no tenía criaturas el Verbo, ¿cómo se salvará aquella sentencia: "Todas las cosas subsisten en El" ( Col 1,17). Además, si le fueron dadas todas las criaturas al mismo tiempo que fueron creadas, no había necesidad de dárselas, porque "por El fueron hechas todas" ( Jn 7). No se trata aquí, como ellos piensan, del dominio de las criaturas, sino más bien de la obra de la encarnación, porque, después que el hombre pecó, se trastornaron todas las cosas, y el Verbo se hizo carne para restaurarlas todas. Luego le fueron dadas todas las cosas, no porque careciese de poder, sino para que, como Salvador, las enmiende todas; para que así como por el Verbo todo fue creado en el principio, así el Verbo, hecho carne, lo restaure todo en El.
Beda
O dice que le han sido entregadas todas las cosas, es decir, no los elementos del mundo, sino aquellos párvulos a quienes el Padre reveló por el Espíritu los misterios del Hijo y de la salvación, de los cuales se regocijó al hablar aquí.
San Ambrosio
O cuando lees: "Todas las cosas", lo reconoces omnipotente, no menor al Padre; y cuando lees "dadas", confiesas al Hijo, a quien pertenecen todas las cosas por derecho de su naturaleza consustancial, no por donación o gracia.
San Cirilo, in Thesauro
Después de haber dicho que el Padre le había dado todas las cosas, se eleva a su propia gloria y excelencia, demostrando que el Padre no lo supera en nada; por lo que ańade: "Y ninguno conoce quién es el Hijo sino el Padre", etc. La capacidad de la criatura no puede comprender el modo de la sustancia divina, que supera a toda inteligencia, ni su hermosura, que está sobre toda concepción; pero la naturaleza divina conoce en sí misma lo que es. Y así el Padre, por lo que es, conoce al Hijo; y el Hijo, por lo que es, conoce al Padre, sin que intervenga diferencia alguna en cuanto a la naturaleza de la divinidad. Nosotros creemos que es Dios; mas lo que es en su naturaleza es incomprensible. Si, pues, el Hijo es creado, ¿cómo El sólo conocería al Padre?; o ¿cómo sólo lo conocería el Padre? Porque conocer la naturaleza divina es imposible a toda criatura; pero conocer la naturaleza de las cosas creadas, (cómo son) no excede los límites de la sana inteligencia, aun cuando supere a la nuestra.
San Atanasio
Habiendo dicho esto el Seńor, ya no cabe duda alguna que los arrianos se le oponen cuando dicen que el Hijo no ve al Padre. Pero se demuestra la demencia de ellos cuando dicen que el Verbo no se conoce a sí mismo, siendo así que da conocimiento a todos de quién es El y quién es el Padre. Prosigue, pues: "Y aquel a quien lo quisiere revelar el Hijo".
Tito Bostrense
Revelación es la comunicación de una noticia, según la proporción de la naturaleza y virtudes de cada uno. Donde la naturaleza es semejante, allí hay conocimiento sin enseńanza; pero aquí abajo la enseńanza es por revelación.
Orígenes
Como Verbo quiere revelar, no sin razón y con justicia, que conoce dignamente el tiempo de revelar y la medida de la revelación. Revela, removiendo el velo puesto al corazón (2Cor 3) y las tinieblas que lo ocultan ( Sal 17). Mas como los disidentes piensan establecer de esto su dogma impío, a saber, que el Padre de Jesús era desconocido a los santos antiguos, debe decírseles que estas palabras: "Y aquel a quien lo quisiere revelar el Hijo", no sólo se refieren al tiempo posterior a aquél en que el Salvador dijo esto, sino también al tiempo pasado. Y si no quieren admitir el pretérito del verbo revelar, debe decírseles que conocer no es lo mismo que creer; a unos se les da por el Espíritu la ciencia, a otros la fe en el mismo Espíritu ( 1Cor 12,8-9). Eran, pues, primero creyentes, no conocedores.
San Ambrosio
Para que sepas que así como el Hijo revela al Padre a quienes quiere, también el Padre revela el Hijo a quienes le place. Oye al Seńor que dice: "Bienaventurado eres Simón, hijo de Juan, porque la carne y la sangre no te ha revelado eso, sino mi Padre que está en los cielos ( Mt 16,17)".