Y aconteció después, que Jesús caminaba por ciudades y aldeas, predicando y anunciando el reino de Dios: y los doce con El, y también algunas mujeres, que había El sanado de espíritus malignos y de enfermedades; María, que se llama Magdalena, de la cual habían salido siete demonios, y Juana, mujer de Cusa, procurador de Herodes, y Susana, y otras muchas, que le asistían de sus haciendas. (vv. 1-3)
Teofilacto
El que bajó del cielo, para servirnos de ejemplo y de modelo, nos enseńa a instruir sin negligencia. Por esto dice: "Y aconteció después, que Jesús caminaba", etc.
San Gregorio Nacianceno
Va de un lugar a otro, no sólo para ganar a muchos, sino para santificar también muchos lugares. Duerme y trabaja para santificar el trabajo y el sueńo. Llora para dar valor a las lágrimas. Predica el reino de los cielos, para elevar a los que lo oyen.
Tito Bostrense
El que bajó del cielo a la tierra explica a los que la habitan el reino celestial, con el fin de convertir la tierra en cielo. ¿Quién puede predicar el reino, sino únicamente el Hijo de Dios, a quien este reino pertenece? Habían venido muchos profetas, pero no predicaron el reino de los cielos; porque ¿cómo pretenderían hablar de lo que no habían visto?
Isidoro Abad
Este reino de Dios creen algunos que está más alto y que es mejor que el reino de los cielos. Pero otros creen que es uno mismo en cuanto a la esencia, aun cuando se expresa de diverso modo. Algunas veces se le llama
reino de Dios, a causa de su Rey, otras veces se le llama reino de los cielos, a causa de los súbditos, los ángeles y los santos, que se llaman
cielos.
Beda
Como el águila que excita a volar a sus polluelos, el Seńor eleva suavemente a sus discípulos hacia las cosas sublimes. Pues primeramente enseńó en las sinagogas e hizo milagros. A continuación eligió a los doce, que llamó apóstoles. Después los llevó a ellos solos, predicando por las ciudades y aldeas. Por esto sigue: "Y los doce con El".
Teofilacto
No enseńando ellos ni predicando, sino siendo instruidos por El. No impedía tampoco que las mujeres lo siguiesen. Y por esto ańade: "Y también algunas mujeres que había El sanado de espíritus malignos y de enfermedades: María que se llama Magdalena, de la cual habían salido siete demonios".
Beda
María Magdalena es aquella misma de quien dijo en el capítulo precedente, callando su nombre, que había hecho penitencia. Con toda oportunidad el evangelista la da a conocer con este nombre, cuando dice que seguía a Jesucristo. Pero cuando la describe como pecadora (pero penitente), la llama solamente
mujer, para no empańar un nombre de tanta fama con el recuerdo de los pasados extravíos, de quien se dice habían salido siete demonios, significando que había tenido todos los vicios.
San Gregorio in Evang. hom. 33
¿Qué se entiende por siete demonios, sino todos los vicios? Pues como en siete días se presenta todo el tiempo, así el número siete representa la universalidad. María tuvo siete demonios, porque había cometido toda clase de pecados.
Prosigue: "Y Juana, mujer de Chusa, procurador de Herodes y Susana, y otras muchas; que le asistían de sus haciendas".
San Jerónimo in Mat. 27,
55
Era costumbre entre los judíos, y no incurrían en pecado según se hacía antiguamente, que las mujeres diesen de comer y vistiesen de su propio peculio a los que las instruían. San Pablo refiere (
1Cor 9) que abolió esta costumbre porque podía escandalizar a los gentiles. Asistían de sus bienes al Seńor para que recibiese de ellas las cosas temporales, mientras ellas recibían de El las espirituales. No porque el Seńor necesitase comer a costa de sus criaturas, sino para ser el modelo de los maestros, los cuales deben contentarse con el alimento y el vestido de sus discípulos.
Beda
María quiere decir mar amargo
1, por el rigor de su penitencia; Magdalena quiere decir
torre, o mejor dicho,
la de la torre, a causa de la torre, de la que se dice (
Sal 60,4): "Tú eres mi esperanza, la torre de la fortaleza contra mi enemigo"; Juana quiere decir
el Seńor es su gracia o
misericordioso, porque de El es todo cuanto nos mantiene. Y si María, una vez purificada de todas sus culpas, representa la Iglesia de los gentiles, ¿por qué Juana no ha de representar la misma Iglesia, en otro tiempo dedicada al culto de los ídolos? Porque todo espíritu maligno, mientras trabaja por el imperio del diablo, es semejante al procurador de Herodes. Susana quiere decir
lirio o
su gracia, por el candor oloroso de la vida celeste y por la caridad de oro de su amor interno.
Notas
1.
La derivación científica del nombre, a pesar de muchos ensayos de explicación, sigue siendo incierta. Algunos estudiosos opinan que puede significar: ser contumaz; ser corpulento; "amada de Yahveh"; "la vidente"; "seńora"; "elevada" o "excelsa"; etc. La explicación de "estrella del mar" es resultado de una corrupción del texto: el latín
stilla maris, traducción jeronimiana del hebr.
miryam, fue desfigurado en
stella maris. (Haag-Van den Born-Ausejo: Diccionario de la Biblia)