Puesto que muchos intentaron ordenar la historia de las cosas que se cumplieron en nosotros (según la relación que nos hicieron de ellas los que desde el principio las vieron por sí mismos, y fueron ministros de la palabra), me ha parecido oportuno, óptimo Teófilo, después de haberme informado diligentemente de todas esas cosas desde su principio, escribírtelas por orden, a fin de que conozcas la virtud de aquellas palabras que te fueron anunciadas. (vv. 1-4)
Eusebio de Cesarea,
historia ecclesiastica, 3,4
San Lucas indicó en el principio de su Evangelio la causa por la cual lo escribió. A saber, porque muchos habían presumido temerariamente narrar cosas que le eran a él más claramente conocidas. Y esto es lo que dice: "Puesto que muchos intentaron ordenar las narraciones de las cosas".
San Ambrosio,
in Lucam
Pues así como profetizaron muchos en el pueblo judío, iluminados por el Divino Espíritu, y otros, por el contrario, eran falsos profetas más bien que profetas, así ahora en la nueva alianza, muchos intentaron escribir evangelios, que no aprobaron los que conocían los hechos. Y en verdad, se habla de un Evangelio que se supone escrito por los doce Apóstoles. También osó Basílides escribir un Evangelio. Y se habla de otro escrito por Matías.
Beda,
in Lucam
Cita otros muchos, no tanto por el número, cuanto por la multitud de herejías que encierran. Porque, como sus autores no estaban inspirados por el Espíritu Santo, hicieron un trabajo inútil, toda vez que tejieron la narración a su gusto, sin cuidarse de la verdad histórica.
San Ambrosio,
in Lucam
Hay quien se afana por escribir, se cansa en trabajar y no llena su objeto, porque los dones y la gracia de Dios no provienen del esfuerzo. Esta gracia, donde se derrama, acostumbra a difundirse, para que el ingenio del escritor no esté en la indigencia, sino en la abundancia. Por eso dice bien "de cosas que se cumplieron en nosotros". Esto es, que abundan en nosotros. Pues lo que abunda, a ninguno falta. Nadie duda de lo que se ha cumplido cuando el efecto establece la fe y el resultado la demuestra.
Tito Bostrense,
en su prefacio sobre el Evangelio de San Lucas
Dice pues "de las cosas", porque Jesucristo cuando vino al mundo no obró de un modo aparente, según dicen los herejes, sino que, siendo la Verdad, cumplió verdaderamente su obra.
Orígenes,
in Lucam, 1
Indica el efecto cuando dice: "Que
se han cumplido en nuestros tiempos". Es decir, que se han mostrado muy manifiestamente en nosotros -como dice el texto griego,
peplhroforhmenwn
1
, que el texto latino no puede expresar con una sola palabra-, pues había conocido por medio de la fe y de la recta razón con tanta seguridad, que no vacilaba en lo más mínimo.
San Crisóstomo,
Comm in Act. Apost. Hom. 1
Pero el Evangelista no se contenta solamente con el testimonio propio, sino que todo lo refiere a los demás apóstoles y de allí toma el valor de sus palabras. Y por tanto, ańade: "Como nos lo han transmitido los mismos que lo vieron desde el principio".
Eusebio de Cesarea,
historia ecclesiastica, 3,4
Lucas está seguro de poseer la verdad, ya por habérsela relatado San Pablo, ya porque se la enseńaron los demás apóstoles, que la habían visto desde el principio.
San Crisóstomo,
Comm in Act. Apost. Hom. 1
Dice pues "vieron", porque el mayor motivo de credibilidad es haber aprendido de aquellos que vieron personalmente.
Orígenes,
homilia 1
Es bien sabido que la finalidad de algunas ciencias está en la misma ciencia, como sucede en la geometría; pero en otras ciencias el objeto está en los efectos, como en la medicina. Así sucede con la palabra de Dios. He ahí por qué, después de haber seńalado la ciencia por lo que había dicho: "Ellos lo vieron", demuestra las obras, por lo que sigue: "Y fueron ministros de la palabra (o del Verbo)".
San Ambrosio,
in Lucam
Este modo de hablar no debe hacernos suponer que el ministerio de la palabra consista más en ver que en oír; sino que puesto que por
la palabra no se significaba una palabra que pueda ser pronunciada con la boca, sino una que tiene existencia real, debemos entender que los apóstoles no fueron ministros de una palabra cualquiera, sino del Verbo celestial.
San Cirilo
Cuando dice que los apóstoles vieron a ese Verbo, concuerda con San Juan, cuando dice: "El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros; y vimos su gloria" (
Jn 1,14). Porque el Verbo se hizo visible, por medio de la carne.
San Ambrosio,
in Lucam
No sólo vieron al Seńor según el cuerpo, sino también según el Verbo. Vieron al Verbo los que vieron la gloria del Verbo con Moisés y Elías; otros sólo pudieron ver el cuerpo.
Orígenes
En el Exodo está escrito: "El pueblo veía la voz del Seńor" (
Ex 20,18). La voz, más que verse, se oye. Pero está escrito así para darnos a entender que la voz del Seńor es visible a otros ojos, por los cuales ven los que lo merecen. Y en verdad, en el Evangelio no se ve la voz sino la palabra, que es más excelente que la voz.
Teofilacto,
pref. in Lucam
En esto se da a entender claramente que San Lucas no fue discípulo desde el principio, sino después de algún tiempo. Mas otros sí fueron discípulos desde el principio, como San Pedro y los hijos del Zebedeo.
Beda
Sin embargo, Mateo y Juan en muchas cosas que escribieron, tuvieron la necesidad de aprenderlas de aquellos que habían podido conocer la infancia del Seńor, su juventud, su genealogía y habían presenciado sus acciones.
Orígenes
Después reivindica el derecho de escribir, porque lo que escribió no lo conoció por rumor, sino por haberlo aprendido él mismo desde el principio. Por esto sigue: "Me ha parecido oportuno, óptimo Teófilo, después de haberme informado diligentemente de todas esas cosas, desde el principio, escribírtelas por orden".
San Ambrosio
Cuando dice: "Me ha parecido" no excluye la acción de Dios, porque Dios es quien prepara la voluntad de los hombres. Como puede verse fácilmente, este libro del Evangelio es más extenso que los otros. Por eso afirma que nada falso dice, sino la pura verdad. Y así ańade: "Informado de todo, me ha parecido oportuno escribirlo"; no todo, sino de todo; porque, si todas las cosas que hizo Jesucristo se escribiesen, no creo que cupieran en el mundo (
Jn 21,25). Con toda intención omite lo que refieren los demás evangelistas, para que cada uno de los libros de los Evangelios se distinga por algún milagro particular de los misterios y obras de Jesucristo.
Teofilacto
Escribe a Teófilo, hombre esclarecido, y acaso príncipe, porque lo llama óptimo, y así no se trata sino a los príncipes y a los gobernantes, como San Pablo dijo también a Festo: "Optimo Festo" (
Hch 26,25).
Beda
Teófilo significa
el que ama a Dios, o amado por Dios. Que todo el que ama a Dios, o desea ser amado por Dios, crea que el Evangelio ha sido escrito para él y que se le ha concedido como regalo, con encargo de que conserve una joya tan preciosa. No da a conocer a Teófilo la razón de cosas nuevas y desconocidas, sino que promete exponerle la verdad de las cosas, acerca de las cuales está ya instruido, cuando ańade: "Para que conozcas la verdad de aquellas palabras que has aprendido". Esto es, para que puedas conocer todo lo que se te ha dicho acerca del Seńor, o se ha hecho por El.
San Juan Crisóstomo
O de otro modo, para que tengas certeza y estés seguro de todas las cosas que has oído, viéndolas escritas.
Teofilacto
Muchas veces cuando alguien dice alguna cosa sin escribirla, la consideramos como falsa. Mas si escribe lo que dice, entonces creemos, como si no escribiese mas que lo que estima verdadero.
Greek,
Ex
Todo el preámbulo del evangelista contiene dos cosas. Referir la condición de aquellos que habían escrito el Evangelio antes que él (como son San Mateo y San Marcos) y por qué él se propuso escribir. Cuando dijo: "Intentaron", esta palabra podía aplicarse a aquellos que presuntuosamente emprendieron la obra y a los que la trataron con reverencia. Y precisa ese dudoso sentido con dos adiciones. Primeramente diciendo: "Las cosas que se cumplieron en nosotros", y después cuando dice: "Como nos han dicho los que lo vieron desde el principio". Además, cuando dice: "nos han trasmitido", da a entender que deben propagarse estas doctrinas, porque así como otros se las enseńaron a él, será conveniente que los que las aprenden de él las enseńen a los demás. A los que fueron encomendadas las Escrituras que habían de ser transmitidas, se les presentaban muchos inconvenientes que habían de surgir al transcurrir el tiempo; de donde con razón los que habían recibido estas enseńanzas de los primeros -de los que las habían presenciado y de los que las habían predicado- se atrevieron a trasmitirlas a todo el mundo por medio de sus escritos disipando las calumnias, destruyendo el olvido y constituyendo la integridad por medio de la tradición misma.
Notas