Y dijo más el Seńor: "Simón, Simón; mira que Satanás os ha pedido para cribaros como trigo; mas yo he rogado por ti, que no falte tu fe; y tú una vez convertido, confirma a tus hermanos". Y él le dijo: "Seńor, aparejado estoy para ir contigo aún a cárcel y a muerte". Mas Jesús le respondió: "Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo sin que tres veces hayas negado que me conoces". (vv. 31-34)
Beda
Para que no se gloriasen los once apóstoles, ni atribuyesen a sus propias fuerzas el haber permanecido fuertes ellos solos entre tantos judíos, al lado del Seńor, les hace ver que si no son protegidos por el favor del cielo, podrán caer como los demás en toda clase de peligros. Por ello sigue: "Dice, pues, el Seńor a Simón: Simón, mira que Satanás os ha pedido para cribaros como trigo", etc.; es decir, conviene que seáis tentados; y así como se limpia el trigo zarandeándolo, así ellos deberían ser estremecidos, en lo que demuestra que ninguno es tentado en su fe por el diablo si no lo permite Dios.
Teofilacto
Dijo esto a San Pedro, porque era más fuerte que los demás, y podía enorgullecerse por lo que Jesucristo le había ofrecido.
San Cirilo
También para dar a entender que los hombres nada son por sí solos (en cuanto se refiere a la naturaleza humana, y a lo frágil de nuestra inteligencia), y que no conviene desear la presidencia de los demás; por ello sigue: "Yo he rogado por ti para que no falte tu fe".
Crisóstomo., hom 83, in Matth
No dijo, pues: Yo he permitido, sino yo he rogado; habla con tanta humildad cuando se acerca su Pasión, para dar a conocer su verdadera humanidad. Porque aquel que había dicho, no suplicando, sino con imperio ( Mt 16,18-19): "Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del reino de los cielos", ¿cómo podía necesitar de la oración para obligar al alma conmovida de un solo hombre? No dijo, pues: He rogado para que no me niegues, sino para que no falte tu fe.
Teófil
Porque aunque San Pedro había de sufrir grandes agitaciones, tenía, sin embargo, escondida la semilla de la fe; y así, aun cuando cayesen las hojas a impulsos de la tentación, sin embargo, quedaría la raíz. Te ha pedido Satanás para dańarte, como envidiado por mi predilección; pero aunque yo haya rogado por ti, tú caerás. Por ello prosigue: "Y tú, convertido alguna vez, confirma a tus hermanos", etc. Como diciendo: Después que me hayas negado, llorarás y te arrepentirás; pues entonces confirma a tus hermanos, puesto que te he constituido jefe de los apóstoles; esto es lo que te toca a ti, que conmigo eres la fortaleza y piedra de mi Iglesia. Esto debe entenderse no sólo respecto de los discípulos que estaban allí presentes, para que fuesen fortalecidos por Pedro, sino también respecto de todos los fieles que hasta el fin del mundo habrán de existir; y para que nadie desconfíe viendo que Pedro, que a pesar de ser apóstol, le negó, logró por la penitencia recobrar su antigua prerrogativa y ser el jefe de la religión en todo el mundo. Admirad la grandeza de la paciencia divina, para que el discípulo Pedro no desconfiase; antes de que cometa la culpa ya le concede el perdón, y le restablece en su dignidad de jefe del Apostolado, diciendo: "Confirma a tus hermanos".
Beda
Como diciendo: Así como yo he fortalecido tu fe (para que no desaparezca) por medio de la oración, tú también, acuérdate de confortar a tus hermanos más débiles para que no desesperen del perdón.
San Ambrosio
Evita la vanagloria, prescinde de lo que se dirá en el mundo; le manda que conforte a sus hermanos, a aquel que dijo ( Mt 19,27): "Todo lo hemos dejado por seguirte".
Beda
Como el Seńor había dicho que había rogado por la fe de Pedro, éste, conociendo su gran afecto y el fervor de su fe, como ignoraba lo que le había de suceder, no creyó que podría faltar. Por esto sigue: "Y él le dijo: Seńor, aparejado estoy para ir contigo aun a cárcel y a muerte".
Teófil
Se enfervoriza por su grande carińo, y se promete cosas imposibles; pero convenía no insistir más, habiendo oído por boca de la eterna Verdad que habría de ser tentado. Pero el Seńor, viendo que todavía hablaba con cierta vanidad, le explica la clase de tentación, es decir, que le habría de negar. Por ello sigue: "Mas Jesús le dijo: 'Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo, sin que tres veces hayas negado'", etc.
San Ambrosio
Aunque San Pedro era de un espíritu pronto, su cuerpo estaba debilitado por el afecto, por lo que se le anuncia que negará al Seńor; no podía, pues, imitar la firmeza del propósito divino. La pasión del Seńor tiene muchos imitadores, pero ninguno puede igualarle.
Teófil
De aquí sacamos una gran enseńanza; a saber: que no basta el propósito de los hombres si le falta el auxilio divino. San Pedro, aunque se encontraba muy ferviente, abandonado un momento por Dios fue sorprendido por el demonio.
Beda
Debe tenerse en cuenta que por consentimieto de Dios los pusilánimes sufren algunas caídas para remedio de males anteriores. Pero aunque parezca que es igual la falta del pusilánime y de los demás, se diferencian y mucho, porque el pusilánime peca en virtud de ciertas asechanzas y casi contra su voluntad; pero los demás pecan, porque no se cuidan ni de sí ni de Dios, ni distinguen entre pecar y obrar bien; por lo que creo que deben tener distinto castigo, porque el pusilánime necesita de cierta ayuda, y debe recibir su castigo de conformidad con su falta.
San Agustín. De const. Evang., lib. 3, cap. 2.
Todos los evangelistas refieren lo que se dice aquí acerca de la predicción de la negación de San Pedro, pero no la exponen como nacida de una misma ocasión o conversación; San Mateo y San Marcos, la refieren como acaecida en el momento en que el Seńor salió de aquella casa donde celebraron la Pascua; San Lucas y San Juan antes que saliese de allí. Pero podemos explicar esto entendiendo que los dos primeros relataron este acontecimiento como recordándolo posteriormente o que los dos últimos lo anticiparon. Sin embargo, quizás ofrezca más dificultad que sean tan diferentes no sólo la letra sino también el sentido de las palabras pronunciadas por el Seńor, por las cuales San Pedro se deja inducir a expresar la presunción de morir por el Seńor o con el Seńor; por esto estamos obligados a entender más bien que en tres ocasiones dio a conocer su presunción, y en diversos lugares, en virtud de las palabras de Jesucristo; y que en estas tres ocasiones le dijo el Seńor, que le negaría tres veces antes que el gallo cantare.