Y preguntándole los fariseos: "¿Cuándo vendrá el reino de Dios?", les respondió y dijo: "El reino de Dios no vendrá con muestra exterior. Ni dirán: Helo aquí o helo allí. Porque el reino de Dios está dentro de vosotros". (vv. 20-21)
San Cirilo,
in Cat graec. Patr
Como el Salvador mencionaba con frecuencia el reino de Dios en los discursos que dirigía a otros, se burlaban de El los fariseos. Por esto dice: "Y preguntándole los fariseos: ¿Cuándo vendrá el reino de Dios?", como si dijeran con tono irrisorio: antes que venga el reino de quien hablas te cogerá la muerte de la cruz. Pero el Seńor, manifestando su paciencia, en vez de devolver injuria con injuria, no desdeńa responder a los que tan mal le trataban. Sigue, pues: "Les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con muestra exterior", como diciendo: No preguntéis acerca de la época en que el reino de Dios vendrá por segunda vez.
Beda
Este tiempo no puede conocerse ni por los hombres ni por los ángeles, como el de la encarnación, que fue anunciado por los vaticinios de los profetas y la voz de los ángeles. Por esto ańade: "Ni dirán: Helo aquí o helo allí". O de otro modo: Preguntan por el tiempo del reino de Dios, porque (como se dice más adelante) creían que viniendo el Seńor a Jerusalén en seguida se daría a conocer su reino. Por esto el Seńor responde que el reino de Dios no vendrá dando muestras exteriores.
San Cirilo,
ut sup
Unicamente dice que servirá para bien de todo hombre, aquello que ańade: "Porque el reino de Dios está dentro de vosotros". Esto es, en vuestras afecciones y en vuestro poder está el alcanzarlo; porque todo hombre que sea justificado por la fe y la gracia de Jesucristo y que esté adornado con las virtudes, puede alcanzar el reino de los cielos.
San Gregorio Niceno,
De proposito secundum Deum, sive De scopo Christiani
O quizás da a conocer que el reino de los cielos está en nosotros, para manifestar la alegría que produce en nuestras almas el Espíritu Santo. Ella es como la imagen y el testimonio de la constante alegría que disfrutan las almas de los santos en la otra vida.
Beda
O dice que el reino de Dios es El mismo, colocado en medio de ellos, esto es, reinando en sus corazones por la fe.