"Y decía también al pueblo: Cuando veis asomar la nube de parte del Poniente, luego decís: Tempestad viene: y así sucede. Y cuando sopla el Austro, decís: Calor hará: y es así. Hipócritas, sabéis distinguir los aspectos del cielo y de la tierra: ¿pues cómo no sabéis reconocer el tiempo presente? ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?" (vv. 54-57)
Teofilacto
Cuando hablaba de la predicación y la llamaba espada, podían turbarse los que lo oían, no comprendiendo lo que quería decir. Por eso ańade que, así como se conoce por ciertas seńales lo que sucederá en la atmósfera, así también debían conocer su venida. Por esto dice: "Cuando veis una nube de parte del Poniente, luego decís: Tempestad viene: Y cuando sopla el austro decís: Calor hará", etc. Como si dijese: mis palabras y mis acciones dan a conocer que yo soy diferente de vosotros. Por tanto, podéis conocer que no he venido a traer la paz, sino la lluvia y el huracán. Yo soy, pues, la nube y vengo del ocaso, esto es, de la naturaleza humana oscurecida desde muy antiguo por la niebla de los pecados. He venido también a prender fuego, o lo que es lo mismo, a provocar el ardor, porque Yo soy el viento sur, cálido y opuesto a la frialdad del norte.
Beda
O bien: así como los que quisieron pudieron conocer fácilmente el estado de la atmósfera por la variación de los elementos, así también pudieron, si hubiesen querido, conocer el tiempo de la venida del Seńor por lo que dijeron los profetas.
San Cirilo,
in Cat. graec. Patr
Los profetas anunciaron por muchos oráculos el misterio de Cristo. Si hubiesen sido prudentes debían, por lo tanto, fijar su atención en lo futuro, para poder conocer los tiempos que vendrán después de la vida presente. Porque habrá viento y lluvia, y suplicio futuro por el fuego. Esto es lo que da a entender cuando dice: "Tempestad viene". Debían también conocer el tiempo de la salud, esto es, la venida del Salvador, por quien entró en el mundo la perfecta piedad, según el sentido de las palabras: "Decís que hará calor". Y reprendiéndoles ańade: "Hipócritas, sabéis distinguir los aspectos del cielo y de la tierra, ¿pues cómo no sabéis distinguir este tiempo?
San Basilio,
ante medium homil. 6, in Hexaemeron
Debe tenerse en cuenta que las conjeturas por los astros son necesarias para la vida humana, siempre y cuando no se pase de los límites justos del pronóstico. Porque hay algunas seńales -particulares, universales, violentas o suaves- para conocer cuándo lloverá y muchas para saber cuándo hará calor y se agitarán los vientos. ¿Quién ignora las ventajas que trae a la vida la conjetura de estos sucesos? Porque interesa a los navegantes el poder pronosticar los peligros de las tempestades, al viajero los cambios del aire, al campesino la abundancia de los frutos.
Beda
Y por si había entre los que lo oían algunos que, ignorantes de la enseńanza profética, supusieran que no podían conocer el curso de los tiempos, muy oportunamente ańadió: "¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos, lo que es justo?" Dando a entender que aun cuando ellos desconocían la ciencia, podían, sin embargo, comprender por la razón natural, que el que hacía cosas que ninguno otro hacía, estaba sobre el hombre y era Dios. Y por consiguiente que, después de las injusticias de esta vida, habría de venir el justo juicio del Creador.
Orígenes In Lucam hom. 35
Si la naturaleza no hubiera puesto en nosotros el conocimiento de lo que es justo, el Salvador nunca hubiese dicho esto.