Como las gentes acudiesen a oirle, comenzó a decir: "Esta generación es una raza perversa: pide un prodigio, y no se le dará otro prodigio que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás fue una seńal para los de Nínive, así el Hijo del hombre lo será para los de esta generación. La reina del Mediodía se levantará el día del juicio contra los hombres de esta nación y los condenará: porque vino del cabo del mundo a oír la sabiduría de Salomón, y veis aquí uno superior a Salomón. Los habitantes de Nínive se levantarán también el día del juicio contra esta generación, y la condenarán; por cuanto ellos hicieron penitencia por la predicación de Jonás; y he aquí más uno que es superior a Jonás". (vv. 29-32)
Beda
El Seńor había sido provocado de dos maneras: unos lo calumniaban diciendo que arrojaba los demonios en nombre de Beelzebub, a quienes contestó como queda dicho; y otros lo tentaban pidiéndole un prodigio del cielo, a quienes ahora empieza a contestar. Por esto sigue: "Como las gentes acudiesen a oírle comenzó a decir: Esta raza de hombres es una raza perversa", etc.
San Ambrosio
Para que conozcamos que cuando empieza a descomponerse el pueblo de la sinagoga empieza a ensalzarse la santidad de la Iglesia. Así como Jonás fue un prodigio para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para los judíos. Por esto ańade: "Piden un prodigio y no se les dará otro prodigio que el del profeta Jonás".
San Basilio,
in Cat. graec. Patr
Un signo es una cosa sensible que contiene en sí la declaración de alguna cosa oculta; así el signo o el prodigio de Jonás representa el descenso de Jesucristo a los infiernos, su ascensión y su resurrección de entre los muertos. Por esto dice: "Porque así como Jonás fue un prodigio para los de Nínive, así el Hijo del hombre lo será para los de esta generación".
Beda
Les da un signo, no del cielo, porque eran indignos de verlo, sino de lo profundo del infierno. Es decir, les da la seńal de su encarnación, no de su divinidad; de su pasión, no de su glorificación.
San Ambrosio
El prodigio de Jonás fue una figura de la pasión del Seńor y a la vez una manifestación de los graves pecados que los judíos cometieron; en ello podemos advertir juntamente el oráculo de la majestad y el indicio de la piedad. Porque con el ejemplo de los ninivitas se anuncia el suplicio y se demuestra el remedio; de allí que los judíos no deben desconfiar de obtener el perdón, si quieren hacer penitencia.
Teófil. super Nisi Ionae prophetae
Pero Jonás, después que salió del vientre de la ballena, convirtió a los ninivitas con su predicación; mas la raza de los judíos no creyó en Jesucristo resucitado, de donde resultó su condenación; y de esta ofrece un doble ejemplo cuando dice: "La reina del Mediodía se levantará el día del juicio contra los hombres de esta generación, y los condenará".
Beda
No precisamente por el poder del juicio, sino por la comparación de sus hechos, que fueron mejores. Y prosigue: "Porque vino del cabo del mundo a oír la sabiduría de Salomón, y veis aquí uno superior a Salomón". La palabra aquí significa que entre ellos se hallaba quien era incomparablemente superior a Salomón.
San Cirilo
No dijo, pues, yo soy mejor que Salomón, para enseńarnos a ser humildes, aún cuando estemos colmados de gracias espirituales. Como diciendo: Vino con presteza una mujer extranjera a oír a Salomón; y recorrió tan largo camino para conocer los seres visibles y las propiedades de las plantas. Pero vosotros cuando oís hablar de las cosas invisibles y celestiales a la misma Sabiduría que os enseńa, prescindís de que prueba cuanto dice con seńales y con obras y, así, os rebeláis contra sus palabras y no os hacen mella sus milagros.
Beda
Si la reina del Mediodía
1 que no se duda fuese elegida, se levantará en juicio contra los réprobos, es evidente que no habrá para todos los mortales (tanto los buenos como los malos) más que una resurrección. Y esto no mil ańos antes del día del juicio, según las fábulas de los judíos, sino en el mismo día del juicio.
San Ambrosio
Por tanto, también al condenar al pueblo de los judíos se expresa claramente el misterio de la Iglesia, la que, como la reina del Mediodía, se reúne de todos los confines del mundo para aprender la sabiduría y oír las palabras del pacífico Salomón. Verdaderamente reina, cuyo reino, formando un solo cuerpo de pueblos diversos y distantes entre sí, es indivisdible.
San Gregorio Niceno,
hom. 7, in Cant. 1
Así como aquella reina era de Etiopía, país lejano, así la Iglesia de los gentiles en un principio era negra y distaba mucho de conocer al verdadero Dios. Pero cuando apareció el pacífico Jesucristo, en medio de la ceguera de los judíos, se aproximan los gentiles y le ofrecen los aromas de su piedad, el oro del divino conocimiento y las piedras preciosas de la obediencia de sus preceptos.
Teófil super Regina Austri
El viento del Mediodía es alabado en la Escritura como cálido y vivificador, por lo que el alma que reina en él -esto es, en la vida espiritual- viene a oír -esto es, se eleva a contemplar- la sabiduría del pacífico rey Salomón, que es el Seńor nuestro Dios. A El no llegará ninguno si no reina por una buena vida. También pone a continuación el ejemplo de los ninivitas, diciendo: "Los habitantes de Nínive comparecerán también en el día del juicio contra esta generación, y la condenarán".
Crisóstomo,
super Matthaeum op. imperf., hom. 44
El juicio de condenación se hace con los semejantes o con los desemejantes. Con los semejantes como en la parábola de las diez vírgenes. Y con los desemejantes, como cuando los ninivitas condenan a aquellos que eran del tiempo de Jesucristo, para que su condenación se haga más evidente. Esto es así porque aquéllos son bárbaros y éstos judíos; éstos están instruidos por los testimonios de los profetas y aquéllos nunca oyeron la palabra divina; allí fue el siervo y aquí el Seńor; aquél predicaba la destrucción y éste anunciaba el Reino de los Cielos. Por tanto, es evidente para todos que los judíos eran los que más bien debían creer; pero sucedió lo contrario. Por lo que ańade: "Por cuanto ellos hicieron penitencia a la predicación de Jonás, y he aquí uno que es superior a Jonás".
San Ambrosio
Según este misterio, la Iglesia consta de dos partes: unos son los que no conocen el pecar, lo que es propio de la reina del Mediodía; otros los que dejan de pecar, lo que corresponde a los ninivitas que hacen penitencia. La penitencia borra el pecado y la sabiduría lo evita.
San Agustín,
De cons. Evang., lib. 2, cap. 39
Esto lo refiere San Lucas en el mismo lugar que San Mateo, pero en un orden algo diferente. Sin embargo, ¿quién no considerará superfluo inquirir el orden con que dijo esto el Seńor, cuando por la incontestable autoridad de los evangelistas debe constarnos que no hay engańo en la alteración del orden de este relato, siendo el mismo hecho, refiérase antes o después?
Notas
1.
Mediodía o
sur es lo mismo. Se refiere a la reina de Saba (reino al sur de Arabia) que visitó a Salomón -según
1Rey 10, 1-13- motivada por la fama de su gran sabiduría.