Y cuando fue de día salió para irse a un lugar desierto, y las gentes le buscaban, y fueron hasta donde El estaba. Y le detenían para que no se apartase de ellos. El les dijo: "A las otras ciudades es menester también que yo anuncie el reino de Dios, porque para eso he sido enviado". Y predicaba en las sinagogas de la Galilea. (vv. 42-44)
Crisóstomo
Después que hubo dispensado muchos beneficios a los pueblos por medio de sus milagros, convenía que Jesús se marchase; porque los milagros parecen más grandes en ausencia del que los ha hecho; hablan más alto, y hacen veces de predicación. Por lo cual prosigue: "Y cuando fue de día salió para irse", etc.
Griego
Se fue a un desierto (como dice San Marcos) y oraba, no porque El necesitase de oración, sino para enseńarnos la manera de obrar bien.
Crisóstomo
Los fariseos, ante la elocuencia de los milagros, se escandalizaban del poder de Cristo; mas los pueblos, que oían la divina palabra, se conformaban con ella y seguían a Jesús. De aquí prosigue: "Y las gentes le buscaban", etc. No eran ni los príncipes ni los escribas, sino todos aquellos a quienes no había cegado el engańo de la malicia, y que tenían la conciencia limpia.
Griego
Respecto de lo que dice San Marcos, que los apóstoles habían venido a Jesús, diciéndole: "Todos te buscan", en lugar de lo que dice San Lucas: "Vinieron los pueblos", no hay contradicción entre ellos; pues los pueblos habían acudido a El siguiendo los pasos de los apóstoles. El Seńor gozaba de verse así rodeado; pero ordenaba que le dejasen, para que otros fuesen participantes de su doctrina celestial, porque su permanencia sobre la tierra no había de ser duradera. Prosigue: "Y les dijo: A las otras ciudades es menester también que yo anuncie el reino de Dios", etc. San Marcos dice: "Para esto vino" (
Mt 1,38), manifestando así la grandeza de su divinidad y su voluntaria humillación. Y San Lucas dice: "He sido enviado para esto", manifestando el objeto de su encarnación, y llamando a su misión el beneplácito del Padre. Y aquél dice simplemente: "Para predicar", y éste ańade: "el reino de Dios", que es el mismo Cristo.
Crisóstomo
Considera también que, aun permaneciendo en un mismo lugar, podía atraerlos todos a sí, y sin embargo no lo hizo, dándonos ejemplo para que andemos y busquemos a los que perecen, así como el médico busca también al enfermo. Con una sola alma que se salve por la mediación de otro, puede obtenerse el perdón de muchos pecados. Y de aquí prosigue: "Y predicaba en las sinagogas de la Galilea". Frecuentaba las sinagogas enseńando que El no era un seductor; porque si solamente habitara lugares desiertos, le hubieran acusado de conspirador.
Beda
Si el ocaso del sol es una figura mística de la muerte del Seńor, la vuelta del día es el signo de su resurrección; el pueblo creyente lo busca por el resplandor de su luz. Después de haberle hallado en el desierto de las gentes, lo rodea para que no se vaya, especialmente siendo así que esto sucedía en el día siguiente al sábado, en el cual debía verificarse la resurrección.