Entonces fue cumplido lo que se había dicho por Jeremías el Profeta, que dice: Voz fue oída en Ramá, lloro y mucho lamento. Raquel llorando sus hijos, y no quiso ser consolada, porque no son. (vv. 17-18)
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 9
Después de habernos llenado de horror con la narración de tan sangriento martirio, el evangelista, para calmar un tanto esta desagradable impresión, nos manifiesta que todas estas cosas no sucedieron porque Dios no pudiera impedirlo o porque las ignorase, sino según lo había anunciado por boca de su profeta. Por ello dice: "Entonces fue cumplido".
San Jerónimo,
in Ieremiam, 31,15
San Mateo no refiere este pasaje conforme al texto hebreo, o conforme a los Setenta, lo cual prueba que los evangelistas y los apóstoles no siguieron la interpretación de nadie sino que expresaron, como hebreos que eran y en su misma lengua, lo que según ellos contenía el texto hebreo
1.
San Jerónimo,
in Matthaeum
No debemos tomar a
Ramá
2 por el nombre del lugar que se encuentra cerca de Gueba. Ramá quiere decir
alto, como si dijera: "Voz fue oída en lo alto", es decir, desde muy lejos.
Pseudo-Crisóstomo,
opus imperfectum super Matthaeum, hom. 2
Tal vez porque se trataba de la muerte de los inocentes, se dice que se oía en las alturas conforme a aquellas palabras: "La voz del pobre penetra las nubes" (
Eclo 35,21). La palabra
lloro, significa el llanto de los nińos, y
lamento, los lamentos de las madres. El dolor de los nińos acaba con la muerte, pero el de las madres se renueva siempre con la memoria. Por eso dice: "mucho lamento. Raquel llorando sus hijos".
San Jerónimo,
in Matthaeum
Habiendo nacido Benjamín de Raquel, a cuya tribu no corresponde Belén, podría preguntarse por qué Raquel lloraba como a sus propios hijos a los hijos de Judá, esto es, a los de Belén. A esto podría responderse brevemente que fue enterrada cerca de Belén, en Efratá, y tomó el nombre de madre del lugar donde descansaban sus restos. O que, siendo Judá y Benjamín dos tribus unidas, y habiendo mandado Herodes dar muerte a los nińos no sólo de Belén sino de todos sus confines, el hablar de la matanza en Belén, puede entenderse que también fueron sacrificados muchos nińos de la tribu de Benjamín.
Ambrosiaster,
quaestiones Novi et Veteri Testamenti, q. 62
O por último, que los hijos de Benjamín, destruidos en otro tiempo por las demás tribus y extinguidos para siempre, fueron objeto del llanto de Raquel al contemplar la suerte de los hijos de su hermano, muertos para heredar la vida eterna. Siempre el infortunado lamenta sus propias desgracias en presencia de la felicidad ajena.
Remigio
Para pintar el evangelista con colores más vivos la magnitud del dolor, dijo que aun después de muerta Raquel había llorado a sus hijos y no quiso ser consolada porque
ya no son.
San Jerónimo,
in Matthaeum
Esto puede tener dos sentidos: o bien que ella los creía muertos para siempre, o bien que no quería recibir consuelo de aquellos que sabía que habían de ser vencedores. Así, el sentido de las palabras: "No quiso ser consolada porque no son", es éste: no quiso ser consolada de que no existiesen.
San Hilario,
in Matthaeum, 1
No es cierto que hubiesen dejado de existir aquellos que se tenían por muertos. La gloria del martirio los había transportado a la vida de la eternidad. Debía, pues, ofrecerse consuelo por una cosa perdida, no por una cosa acrecentada. Raquel era la figura de la Iglesia, por mucho tiempo estéril y ahora fecunda; no gime y llora por los hijos que le han arrebatado, sino porque le han arrebatado a los que ella hubiera querido conservar como a hijos suyos muy queridos.
Rábano
Puede también significar a la Iglesia que llora a los santos muertos a este mundo. Y no desea ser consolada como si los que vencieron al mundo con la muerte fueran a ser llamados de nuevo a los mismos combates, porque ciertamente no han de volver al mundo.
La glosa
Tal vez no quiera ser consolada en este mundo porque no son, y pone todo su consuelo y su esperanza en la vida eterna.
Rábano
Raquel -cuyo nombre significa
oveja, o el que ve-, es figura de la Iglesia, cuyo único deseo es contemplar a Dios. Es también la centésima oveja que el pastor lleva sobre sus hombros.
Notas
1.
La posición de San Jerónimo, que escribía en el siglo IV, en extremo sensible respecto del texto de la versión hebrea es bien conocida. Sin embargo, no fue compartida por muchos Padres. Desde la hodierna crítica neotestamentaria, el p. Pierre Benoit, O.P., concluye: "El Nuevo Testamento sigue la mayoría de las veces a los Setenta sin preocuparse del hebreo; e incluso cuando hay divergencia substancial, no vacila en apoyarse en el griego en una argumentación de alcance dogmático. En realidad, la situación es compleja. Los autores neotestamentarios recurren a veces al texto hebreo; así un determinado estrato de Mateo. Con frecuencia citan de una manera bastante libre, que no es idéntica ni al hebreo ni al griego; así Pablo. En conjunto, adoptan más bien los Setenta como texto que goza de autoridad desde el comienzo de la Iglesia".
2.
Ramá es el nombre propio de una villa que se encuentra a 8 km. al norte de Jerusalén donde se habían reunido los que habrían de ser exiliados después del triunfo de Nabucodonosor. Raquel había sido enterrada no lejos de Belén. Según el sentido típico, Raquel una segunda vez llora amargamente, en esta ocasión por las inocentes víctimas de Herodes. (Reboli.)