Mas como aún no lo acabasen de creer, y estuviesen maravillados de gozo, les dijo: "¿Tenéis aquí algo de comer?" Y ellos le presentaron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y habiendo comido delante de ellos, tomó las sobras y se las dio diciéndoles: "Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: Que era necesario que se cumpliese lo que está escrito de mí, en la ley de Moisés, y en los profetas y en los salmos". (vv. 41-44)
San Cirilo vel anonymus in cat. Graec
El Salvador había enseńado a sus discípulos sus manos y sus pies, para demostrarles que aquel cuerpo que había sido crucificado era el mismo que había resucitado. Y para probarles esto mejor, les pide algo para comer. Por esto dice el evangelista: "Mas como aún no lo acabaran de creer", etc.
San Gregorio Niceno Orat. 1 De resurrect. prope finem
En virtud de lo mandado por la Ley, la Pascua se celebraba con hierbas amargas porque continuaba aún la amargura, pero después de la resurrección, ésta se dulcificaba comiendo panal de miel. Por esto sigue: "Mas ellos le presentaron", etc.
Beda
Para demostrarles la veracidad de su resurrección, no sólo quiso que le tocasen sus discípulos, sino que se dignó comer con ellos para que viesen que había aparecido de una manera real y no de un modo fantasmal. Por esto sigue: "Y habiendo comido delante de ellos, tomó las sobras y se las dio". Comió para manifestar que podía, y no por necesidad. La tierra sedienta absorbe el agua de un modo distinto a como la absorbe el sol ardiente: La primera por necesidad, el segundo por potencia.
Griego
Pero alguno dirá: Si admitimos que el Seńor comió verdaderamente, podemos esperar que comeremos también nosotros después de la resurrección general. Pero lo que hace el Seńor en virtud de un poder especial, no constituye una regla o norma de naturaleza. Nuestros cuerpos resucitarán, no mutilados, sino perfectos e incorruptibles, a pesar de que conservó las heridas que en el suyo habían abierto los clavos y la lanza, para demostrarnos que la naturaleza corpórea permanece después de la resurrección y no se transforma en otra sustancia.
Beda
No comió después de su resurrección porque necesitase comer, ni para decirnos que necesitaremos comer después de la resurrección que esperamos, sino para enseńarnos la forma en que resucitará nuestra naturaleza corporal.
En sentido místico, el pez asado que comió el Salvador representa a Jesucristo que ha padecido, porque El se dignó estar oculto en las aguas de la humanidad, quiso ser cogido en el lazo de nuestra muerte, y ser asado en el fuego de la tribulación durante el tiempo de su pasión, pero nos ofreció el panal de miel en su resurrección. Demostró la doble naturaleza de su única persona en el panal de miel: el panal consta de cera mezclada con miel, y miel mezclada con cera, como la divinidad está en la humanidad.
Teofilacto super obtulerunt ei partem piscis
Parece que este acto de comer representa otro misterio. Cuando comió parte de un pez asado, dio a entender que nuestra naturaleza está nadando en el mar de esta vida, y que el Seńor, asándola en el fuego de su divinidad, y secando la humedad que había contraído mientras vivía en lo profundo de los abismos, hizo de ella una comida divina. Y así, por medio de ella preparó a Dios una comida suave, a pesar de que antes era tan detestable, y esto es lo que representa el panal de miel. También significa por medio del pez asado la vida activa, que consume nuestra humedad en las brasas de los trabajos, además por medio del panal de miel significa la contemplación de la dulzura de la palabra divina.
Beda
Después que el Seńor fue visto y tocado, y después que comió para que no pareciese que había engańado a alguno de los sentidos humanos, empezó a ocuparse de las Escrituras. Por esto sigue: "Y les dijo: éstas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros", esto es, cuando aún vivía en carne mortal, como vivís vosotros. Entonces había resucitado en la misma carne, pero que ya no estaba en la misma mortalidad, y ańade: "Que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés", etc.
San Agustín De conc. evang. lib. 1,
cap. 11
Entiendan que desvarían los que dicen que Jesucristo pudo hacer tanto prodigio en virtud del arte mágico, y que en virtud del mismo arte pudo dar a conocer su nombre a los pueblos para que se convirtiesen a El. Y si acaso esto es así, ¿no puede decirse que en virtud de arte mágico cumplió lo que de El habían dicho las profecías, inspiradas por el Espíritu Santo antes que naciese en la tierra? Pero si en virtud de arte mágico consiguió ser adorado estando muerto, habría que decir que había sido mago antes de nacer, ya que para vaticinar su nacimiento había sido designada una nación.