Estando todavía hablando, llega Judas Iscariote, uno de los doce, acompańado de mucha gente armada con espadas y con garrotes, enviada por los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos. El traidor les había dado una seńa, diciendo: "A quien yo besare El es: prendedle, y conducidle con cautela". Así al punto que llegó, arrimándose a Jesús, le dijo: "Maestro, Dios te guarde, y besóle". Ellos entonces le echaron las manos, y le aseguraron. Entretanto uno de los circunstantes, Pedro, desenvainando la espada, hirió a un criado del Sumo sacerdote, y le cortó una oreja. Jesús empero, tomando la palabra, les dijo: "Como si yo fuese algún ladrón, habéis salido a prenderme con espadas y con garrotes. Todos los días estaba entre vosotros enseńando en el templo, y no me prendisteis; pero es necesario que se cumplan las Escrituras". Entonces sus discípulos abandonándole huyeron todos. Pero cierto mancebo le iba siguiendo, envuelto solamente con una sábana sobre sus carnes, y los soldados le cogieron. Mas él, soltando la sábana, desnudo se escapó de ellos. (vv. 43-52)
Beda,
in Marcum 4, 43
Después que oró el Seńor la tercera vez, y que hubo pedido el perdón de los Apóstoles por su temor, mediante la penitencia, seguro de su pasión se adelantó hacia sus perseguidores. Sobre su llegada dice el Evangelista: "Estando todavía hablando, llegó Judas Iscariote, uno de los doce".
Teofilacto
Estas últimas palabras son para mayor confusión del traidor, el cual siendo uno del primer grupo de los discípulos se volvió lleno de arrebato contra el Seńor. "Acompańado, continúa, de mucha gente armada con espadas y garrotes, enviada por los príncipes de los sacerdotes, y los escribas y los ancianos".
Pseudo - Jerónimo
Porque se apoya en los hombres el que desespera del auxilio de Dios.
Beda,
in Marcum 4, 43
Judas tenía aún algo del respeto del discípulo, puesto que no entregó descaradamente al Seńor, sino por la seńal del beso. "El traidor les había dado una seńa, diciendo: A quien yo besare", etc.
Teofilacto
Observemos la insensatez de este hombre, que creía engańar a Cristo con un beso y ser estimado como su amigo. Pero si eras su amigo, oh Judas, ¿por qué razón llegaste con sus enemigos? Pero así piensan todos los malos.
"Así al punto que llegó, besóle", etc.
Pseudo - Jerónimo
Da Judas como seńal un beso lleno de venenosa hipocresía, a semejanza de Caín que ofreció un sacrificio falso y reprobado.
Beda,
in Marcum 4, 43
Lleno de envidia y con infame confianza llama maestro y besa al que va a entregar. Recibió el Seńor el beso del traidor, no para enseńarnos a fingir, sino para que no pareciese que huía de la traición, cumpliendo a la vez lo que dice el Salmo: "Yo era pacífico con los que odiaron la paz" (
Sal 119,7).
"Ellos entonces le echaron las manos".
Pseudo - Jerónimo
Aquí se ofrece a José vendido por sus hermanos, y el hierro traspasó el corazón de ellos
1.
"Entretanto uno de los circunstantes desenvainando la espada".
Beda,
in Marcum 4, 43
Fue Pedro, como declara San Juan, el que lo hizo con el mismo ardor con que lo hacía todo. Sabía que por castigar a los sacrílegos recibió Phinees el premio debido a la justicia y el sacerdocio eterno
2.
Teofilacto
San Marcos no dice su nombre, para que no parezca que alaba a su maestro como celoso por Cristo. Pedro hace ver que eran desobedientes e incrédulos, y que despreciaban las Escrituras; porque si hubiesen tenido oídos para oír lo que éstas dicen, no hubieran crucificado al Seńor de la gloria. Cortó la oreja al criado del sumo sacerdote, porque los sumos sacerdotes eran los primeros que violaban las Escrituras como si no las entendiesen.
"Jesús, empero, tomando la palabra, les dijo: Como si yo fuese algún ladrón, habéis salido a prenderme con espadas y con garrotes".
Beda,
in Marcum 4, 43
Es como si dijese: ¿Es necesario buscar con espadas y palos a quien se ha entregado voluntariamente en vuestras manos, y rastrear por la noche guiados por un traidor al que enseńaba de día en el templo?
Teofilacto
Esta es una manifestación de su divinidad, pues cuando enseńaba en el templo no pudieron apoderarse de El, aunque le tenían en sus manos, porque aún no había llegado la hora de la pasión. Pero cuando quiso, entonces se entregó El mismo cumpliéndose así las Escrituras, porque fue conducido como un cordero a la muerte (
Is 53,7). No quejándose, ni gritando, sino sufriendo voluntariamente.
"Entonces sus discípulos abandonándole huyeron todos".
Beda,
in Marcum 4, 43
Así se cumplió la palabra del Seńor que dijo que aquella noche todos los discípulos se escandalizarían de El. "Pero cierto muchacho le iba siguiendo, envuelto solamente en una sábana sobre el desnudo", sobreentiéndase cuerpo, pues que no llevaba más vestido que la sábana. "Y le cogieron; mas él soltando la sábana, desnudo se escapó de ellos", cuya presencia y actos detestaba. No huyó del Seńor, cuyo afecto conservó en su mente, aunque desde la lejanía.
Pseudo - Jerónimo
Así como José, que, abandonando la capa, huyó desnudo de aquella mujer impúdica (
Gén 39), así el que quiere huir de las manos de los inicuos debe abandonar todo lo que es mundano y marchar en búsqueda de Jesús.
Teofilacto
Parece probable que este joven fuese de la casa en que se había celebrado la Pascua. Algunos dicen que era Santiago, pariente del Seńor, llamado el justo, el cual, después de la ascensión de Cristo, recibió de los Apóstoles el obispado de Jerusalén.
San Gregorio Magno,
Moralium 14, 26
O bien era San Juan, el cual, aunque volvió a la cruz para oír las palabras del Redentor, antes sin embargo, huyó aterrado.
Beda,
in Marcum 4, 43
Y es claro que era joven entonces por los muchos ańos que vivió después. Pudo, pues, suceder que, escapando entonces de las manos de los que querían detenerle, volviese luego de recobrar su sábana, y se mezclase a la dudosa luz de la noche con las turbas de los que llevaban a Jesús, como si fuera uno de ellos, hasta llegar al atrio del pontífice, de quien era conocido, como él mismo refiere en su Evangelio. Pero como San Pedro, que lavó con lágrimas de arrepentimiento la culpa de negar a Cristo, es una prueba de que pueden volver a la gracia los que flaquean en el martirio, así los demás discípulos, que huyendo se libraron de la prisión, son una enseńanza de que deben huir los que no se sienten con bastante fuerza para sufrir el suplicio.
Notas