El Pontífice, pues, preguntó a Jesús sobre sus discípulos y sobre su doctrina. Jesús le respondió: "Yo manifiestamente he hablado al mundo; yo siempre he enseńado en la sinagoga y en el templo, a donde concurren todos los judíos, y nada he hablado en oculto. ¿Qué me preguntáis a mí? Preguntad a aquellos que han oído lo que yo les hablé: he aquí éstos saben lo que yo he dicho". (vv. 19-21)
Crisóstomo, in Ioannem, hom. 82
Como no podían imputarle a Cristo ningún crimen, le preguntaron sobre sus discípulos; por lo que se dice: "El Pontífice, pues, preguntó a Jesús sobre sus discípulos"; tal vez dónde estaban, o cómo los había reunido. Esto lo decía, queriendo tratarle como sedicioso y acusarle de innovador, sin atender casi a nada más que a sus discípulos.
Teofilacto
Sobre su doctrina investiga cuál es; si discrepaba de la Ley de Moisés, o la contradecía, para tomar de aquí pretexto para condenarle como antagonista de Dios.
Alcuino
No pregunta por amor a conocer la verdad, sino para encontrar motivo de acusación y entregarlo al Pretor romano para que le condene. Pero el Seńor de tal modo atemperó su respuesta, que ni ocultó la verdad, ni demostró que se defendía. Sigue: "Respondió Jesús: Yo he hablado al mundo manifiestamente; Yo siempre enseńé en la sinagoga y en el templo", etc.
San Agustín, in Ioannem, tract., 113
No es de pasar por alto esta cuestión. Si, pues, a sus discípulos no les hablaba claramente, sino que les ofrecía hora en que les hablaría descubiertamente, ¿cómo ha hablado manifiestamente al mundo? Además, hablaba mucho más claro a sus discípulos cuando se hallaban separados de las turbas, y entonces les explicaba las parábolas que presentaba oscuras a los demás. Pero se ha de entender que cuando dijo "He hablado públicamente", es como si dijera: "Muchos me han oído", aunque interiormente no comprendían. Y cuando hablaba aparte a sus discípulos, tampoco lo hacía en secreto; porque ¿quién habla secretamente haciéndolo en público, principalmente si lo dice a pocos para que lo comuniquen a muchos?
Teofilacto
Recuérdese aquí aquella profecía que dice: "No hablé en secreto ni en lugar tenebroso de la tierra" ( Is 45,19).
Crisóstomo, in Ioannem, hom. 82
O en verdad habló en secreto, pero no como ellos buscaban, tímida y sediciosamente, sino diciendo cosas sublimes, en presencia de grande auditorio. Queriendo probar sobradamente la verdad de su aserto, ańade: "¿Qué me preguntas? Pregunta a aquellos que me oyeron qué es lo que les he dicho; éstos lo saben". Como diciendo: Tú me preguntas por los míos; pregunta a mis enemigos, que me preparan acechanzas. Estas palabras son sólo propias de un hombre que fía en la verdad de su dicho. Este es un irrefutable argumento de la verdad (una prueba sin réplica) que resulta de la declaración de los enemigos citados por el acusado.
San Agustín, ut supra
Hasta lo mismo que habían oído y no habían entendido era de tal naturaleza, que no podían por ello acusarle justa y verazmente; y cuantas veces intentaron preguntarle para encontrar de qué acusarle, les respondió de modo que resultó contra ellos su falacia y frustró sus calumnias.