Y cuando oyó que estaba enfermo, se detuvo aún dos días en aquel lugar. Y pasados éstos dijo a sus discípulos: "Vamos otra vez a Judea". Los discípulos le dijeron: "Maestro, ¿ahora querían apedrearte los judíos y vas allí otra vez?" Jesús respondió: "¿Por ventura no son doce las horas del día? El que anduviere de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. Mas si anduviere de noche, tropieza porque no hay luz en él". (vv. 6-10)
Alcuino.
Después que la enfermedad de Lázaro le fue anunciada al Seńor, esperó a que pasaran cuatro días para que después se descubriese más la grandeza del milagro. "Y cuando oyó que estaba enfermo", etc.
Crisóstomo ut supra.
Esto es, a fin de que muriese, fuese enterrado y dijeran ya hiede, para que nadie pudiera decir: No estaba muerto cuando lo resucitó, fue solamente un letargo y no muerte.
Y prosigue: "Y pasados éstos, dijo a sus discípulos: Vamos otra vez a Judea".
San Agustín ut supra.
En donde estuvo para ser apedreado, y de donde parecía haber huido para no serlo. Huyó como hombre, pero volvió allí como olvidándose de su debilidad y haciendo brillar su poder.
Crisóstomo ut supra.
En ninguna parte había dicho de antemano el Seńor a sus discípulos a qué lugar había de ir, y aquí lo dice a fin de que no se sobrecogieran repentinamente de terror, pues temían tanto este viaje que le dicen: "Los discípulos le dijeron: Maestro, ¿ahora querían apedrearte los judíos, y vas allí otra vez?". Temían aún por El y por sí mismos, porque todavía no estaban afirmados en la fe.
San Agustín ut supra.
El Seńor los corrige cuando siendo hombres pretenden dar consejo a Dios, y siendo discípulos a su Maestro. "Jesús respondió: ¿Por ventura no son doce las horas del día?". Para enseńarnos que El que es el día, eligió doce discípulos. En este número no preveía a Judas, sino a su sucesor, pues cuando él cayó lo sucedió Matías, y el número doce quedó íntegro. El día ilumina las horas para que por la predicación de las horas crea el mundo en el día. Seguidme a mí si no queréis tropezar. "El que anduviese de día no tropieza", etc.
Crisóstomo ut supra.
Como diciendo: el que no tiene conciencia de ningún crimen, no tendrá que temer ninguna astucia; pero el que obró mal, la sufrirá. Y así, no conviene tener mucho miedo, porque no hemos hecho nada que sea digno de muerte. O bien de otro modo: El que ve la luz de este mundo ha de estar seguro, y con más razón el que está conmigo, a no ser que se separe de mí.
Teofilacto.
Algunos entienden por este día el tiempo que precede a la pasión, y por la noche la pasión misma. Les dice, pues: "Mientras es de día", esto es, mientras no se acerca el tiempo de la pasión, no tropezaréis, porque los judíos no os perseguirán. Pero cuando llegue la noche, es decir, mi pasión, entonces llegará para vosotros la noche de las penas.